���������Ķ�ϵ������128La anciana mendigante
Hubo una vez una anciana mendigante.
¿Pero has visto t�� realmente a una anciana mendigante hacerte una petici��n antes de ahora?
Esta mujer ped��a de la misma forma, y cuando recib��a algo, dec��a:
-"Que Dios os recompense."-��
La��mendiga lleg�� a una��puerta, y cerca del fuego del hogar estaba un joven calent��ndose. El muchacho le dijo amablemente a la pobre vieja que estaba temblando mucho por el fr��o:
-"Ven, abuela, y cali��ntate aqu��."-��
Ella entr��, pero se acerc�� tanto al fuego, que su ropa vieja comenz�� a arder, y ella no se daba cuenta. El muchacho se levant�� y vio aquello, y decidi�� que deber��a apagar las llamas.
¿Y no es cierto que era eso lo que deber��a haber hecho?
Y como no hab��a nada de agua, entonces llor�� todo el agua de su cuerpo por sus ojos, que se convirtieron en dos grandes fuentes con las cuales pudo apagar la vieja ropa de la anciana.
Enseñanza:
Siempre se debe ayudar y ser cariñoso y amable con los ancianos.
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